tecnofobicos

Los tecnofóbicos tienen unas vidas que están siempre al límite del pánico: sudan, se tornan ansiosos, tratan de evitar el contacto con los dispositivos a toda costa y pierden la paciencia.
Encontrar un tecnofóbico en estado puro es todo un desafío. Sin embargo, para hallarlo es posible reunir el rompecabezas de las actitudes que los delatan y caracterizan.
El tecnofóbico se caracteriza por su rechazo a todo aquello que significa tecnología y avances electrónicos. Esta fobia abarca a los ordenadores, los móviles, las cámaras digitales y todos los demás elementos tecnológicos del mundo actual.
Según expertos existen dos clases de "tecnofóbicos" totalmente distintos. Unos rechazan la adopción de la tecnología basándose en concepciones sociales o políticas, otros, en cambio, por la ansiedad que les produce el enfrentarse a algo nuevo que desconocen.
En el primero de los casos, los tecnofóbicos están convencidos de que los avances tecnológicos producen tensiones sociales y psicológicas, y que son responsables de los desastres que se viven en el campo social, económico y cultural.
Uno de los exponentes de esta tendencia de rechazo es el escritor Elkin Obregón, creen que los diferentes dispositivos tienen la “capacidad de esclavizarnos”. Sin embargo, admite las facilidades que las nuevas tecnologías le dan al hombre.
El escritor clasifica como “peligros de la tecnología” a los diversos ataques contra la intimidad o la propiedad intelectual, entre otras amenazas.
Esta tendencia esta muy extendida dentro de ciertos movimientos antiglobalización y ecologistas. Consideran que la tecnología es una arma de la multinacionales y que "dessocializa" al ser humano convirtiéndolo en un esclavo dentro de un proceso productivo, alienándole con lo políticamente correcto.
Expertos también insisten que muchos de los que expresan este rechazo mantienen una "pose" a la moda y que utilizan habitualmente estos dispositivos aunque, argumentan, "liberándolos" de su función "represora" y "alienadora".
La tecnofóbia también puede alcanzar grados de patología. Este tipo de situaciones se da en algunos sectores de la sociedad que se ven obligados a enfrentarse a la tecnología en su vida profesional, por ejemplo, o debido a su pertenencia a grupos sociales determinados.

Presentan cuadros típicos de ansiedad, incluidos los sudores fríos, al tener que lidiar con los nuevos desarrollos y dispositivos plagados de chips, botones y menús.